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Sensaciones de calor en la piel: por qué ocurren y cómo cuidarlas

Sensaciones de calor en la piel: por qué ocurren y cómo cuidarlas

¿Alguna vez sentiste que tu piel se enrojece o se calienta de repente, como si encendiera una alarma interna? Para muchas personas con piel sensible, esas sensaciones son parte de la rutina diaria. No siempre significan fragilidad: en la mayoría de los casos son la expresión visible de una reacción inflamatoria en la piel.

¿Alguna vez sentiste que tu piel se enrojece o se calienta de repente, como si encendiera una alarma interna? Para muchas personas con piel sensible, esas sensaciones son parte de la rutina diaria. No siempre significan fragilidad: en la mayoría de los casos son la expresión visible de una reacción inflamatoria en la piel.

Los desencadenantes son variados y, muchas veces, inevitables:

  • Cambios bruscos de temperatura, como pasar del frío al calor en segundos.
  • Estrés o emociones intensas, que se reflejan directamente en el rostro.
  • Exposición solar sin protección, incluso en días nublados.
  • Alimentos picantes o alcohol, que pueden intensificar la dilatación de los vasos sanguíneos.

La buena noticia es que estas sensaciones no tienen por qué definir tu piel. Puedes aprender a reconocerlas, gestionarlas y, sobre todo, cuidarlas.


Un aliado desde la innovación clínica:
Hoy la ciencia dermatológica nos ofrece soluciones específicas para este tipo de reacciones. Un ejemplo es el Serum Neutralizador de Rojeces Visibles Roséliane de Uriage, diseñado para pieles sensibles con rojeces. Su fórmula ligera y de alta tolerancia ayuda a disminuir las sensaciones de calor, unificar el tono y suavizar líneas finas, acompañando a la piel en su búsqueda de equilibrio.


Las sensaciones de calor son señales, no sentencias. Escuchar a tu piel y responder con ciencia y calma es la mejor forma de devolverle armonía. Cuidarla es también escucharte a ti misma: un recordatorio de que tu bienestar interior siempre encuentra eco en la superficie.